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martes, 11 de junio de 2013

Un periolisto en Vila-real

Esta vez mi historia en Vila-real no empezó el  sábado. Veo muy feo reducir la experiencia a solo un día. Esta historia empezó, si me apuran, el domingo anterior. El Almería venía de ganar en casa al Girona con un gol de Charles en los últimos minutos. Yo tenía examen al día siguiente. Pero eso no me impediría ver el partido acompañado de mi kalimotxo, elaborado con productos comprados en el Eroski. Porque -aunque alguna vez me han dicho que recién pelao parezco de ETA- yo no soy de Euskadi, pero casi. 

Como iba diciendo, el Almería ganó 2-1. Lo que significaba la final de Villarreal: ir a ganar, etc, etc. Entonces recién acabado el partido se me pasó por mi cabeza de dimensiones considerables (supongo que por mi gran cerebro) que ¿por qué no viajar a Vila-real?  En una hora ya había confirmado mi presencia. Aproveché la euforia del momento para hacerlo, porque sabía que si esperaba al día siguiente quizá mi decisión no hubiese sido la misma. Quizá hubiesen pesado más los 1.500 km que las ganas de ver a tu equipo ascender. De hecho, estuve a punto de echarme atrás. Entonces un amigo apareció para decirme "¿cómo no vas a ir? Si no vas y asciende te vas a arrepentir toda tu vida."  Y yo ya me arrepiento de no haber hecho bastantes cosas en mi vida. Ver al Almería ascender ante el Villarreal no iba a ser una de ellas.

Así pues, una mañana fui a pagar y a Vila-real que me iba. Como iba el resguardo del pago para mi hucha rojiblanca, donde se empieza a acumular una cantidad importante de céntimos que serán bien invertidos; pero esa es otra historia.  Dos exámenes menos y ya era viernes. Marchando de Málaga-Almería. Visita al peluquero para recordarme lo malas que son las mujeres de Málaga y del Zapillo y hablarme sobre porqué el sistema había acabado con el movimiento hippie, que basaba sus ideales en sexo y marihuana; aquello no favorecía al consumismo, me explicó. Por la noche, cena con los amigos para recordarme que estar rodeado de quien te quiere es uno de los sentimientos más bonitos y, a la vez, menos valorados por el ser humano.

Así que en unas cortísimas 3 horas después sonó el despertador y puse rumbo a la Comunidad Valenciana, aquel cortijo particular de Rita Barberá. Ahí fui, en el bus 7. Enorme bus 7. Aunque sin chicas. Tampoco le hubiera recomendado a ninguna montar ahí. Y estoy entrando en temas más de seguridad personal que de otra cosa. 8 horas después llegamos a nuestro destino. En el camino nos dio tiempo hasta a dejarnos a un chaval en el servicio de una gasolinera y tener que dar la vuelta para volver a por él. Lo demás: cánticos, fiesta y bebida; hay cosas que nunca pueden faltar. Historias de la carretera, ya saben.  


Llegamos a falta de 5 horas para el partido. 5 horas que se pudieron hacer pesadas. De no ser por los 22 litros de kalimotxo, claro. Mamá, tranquila, no acabamos todo. Mis bocadillos iban agotándose y una paella valenciana con gente del Villarreal me llamaba. Mi cartera, casi vacía, renunciaba al aviso. No faltó comida, no faltó bebida y no faltaron, como no, las fotos de postureo. Porque para algo me había pegado yo la paliza. Al final va a ser verdad que soy un periolisto proletario cualquiera. Así que terminé mi colección de estampas en un año: Bernabéu, Los Cármenes, Rosaleda, Madrigal, Santo Domingo (el de Alcorcón) y, como no, Mediterráneo. No ha ido nada mal la temporada. 

Se montó la fiesta en los aledaños del Madrigal. Todos los almerienses cantando, botando... disfrutando. Entonces surgió el problema: no quedaba hielo. El señor que teóricamente colabora en este blog y un servidor nos pusimos manos a la obra para solucionar el problema. Nos recorrimos todos los bares. En alguno jugamos a los dardos (en la imagen se observa cuál fue el resultado de una tirada de esas de a ver quien se acerca más al centro.  Yo tiré primero, él después. Yo gané; le pudo la presión). Así hasta que llegamos al definitivo. Adjunto la conversación:
- Buenas, ¿tienen hielo?
+ Algunas bolsas nos quedan
- ¿Nos puede vender una?
+ Mmmm (la camarera se hace la interesante y saca una bolsa)
- ¿Cuánto es?
+ 3 euros
- Joder, vas a hacer el agosto conmigo
+ Hombre, hay que sacar beneficios
Y compramos la bolsa de hielo. También nos despedimos de unas amigas del Villarreal que habíamos hecho en ese instante. Nos despedimos porque mi compa, en vez de invitarlas a venir con nosotros, prefirió soltarle un incomprensible: "Suerte en los playoffs."  Volver atrás y rectificar el error no era una opción. Así que nos fuimos. Esta se la guardaré.

Al rato llegó el mejor momento de la tarde: el recibimiento al bus. Los que lo vieron dicen que fue increíble. Yo no lo vi por aquello que los sabios dicen que se produce cuando se abre un grifo: que es difícil pararlo. Vamos, que estaba en el servicio. Pregunté a mis dos compañeros de aseo (lavabo, meadero, váter): "¿a cuánto se paga mear blanco?"  (Risas) Eso hizo que un hombre nos contase sus apuestas para esta jornada. 2600€ podría haberse llevado. No vimos pasar al bus. Al final, él tampoco se llevó la pasta.

¿Y del partido qué? Del partido mejor nada. Para eso visitad Esquema de Juego, joder. Al salir la afición visitante nos aplaudió y animó. Nunca había llorado delante de tanta gente. La vuelta no fue muy animada. Quien pudo dormir, lo hizo. Yo no pude; nunca puedo en un autobús. A las 5 llegué a mi casa. Probablemente no recuerde ahora mismo muchas anécdotas que pasaron aquel sábado. Pero que una cosa quede clara: si pudiese volver a aquel domingo de la semana anterior volvería a hacer exactamente lo mismo.

¡Tornarem! ¡Volveremoh!


4 comentarios:

  1. Al final querido Javi, como diria aquel viejo filosofo, todo se reduce a mujeres, futbol y alcohol, tres ingredientes de tu relato que están siempre presentes, alcohol por el bebido, mujeres por las que faltaron y futbol, del fútbol mejor no hablar o que lo lean en "Esquema de Juego". En fin, Javi, lo dicho, demasiada testosterona, aunque no creo que se cure si el autobus hubiese llevado algunas banderas arco iris, pero si quizas, el relato habria sido suficiente.
    No sé si no cambian los tiempos o no cambia la forma de ver yo lo que pasa en mi tiempo, de cualquier forma, quiero felicitarte por tu relato, por ese sentido de contar las cosas para que las vivamos, para que sin habernos subido en aquel bus seamos un pasajero mas del mismo. Gracias de nuevo y adelante.

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  2. FE DE ERRATAS: donde dice suficiente al final del primer texto ha de decir DIFERENTE.

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