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lunes, 2 de septiembre de 2013

Atrapaos en la tormenta

El desfase horario propio del verano me hace contar un domingo lo que me pasó el miércoles. Si bien es verdad que lo que me pasó el miércoles es propio de un sábado. Teniendo en cuenta que todas las excusas lecturas que tendrá esta historia serán un lunes, la paradoja del descuadre horario en el que vivo se acentúa y septiembre se estrella ante mis párpados. Se está acabando eso de vivir entre el balón de fútbol, el alcohol y el frenadol. O no.