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lunes, 8 de octubre de 2012

Destino Bernabéu Parte 2: Llegó la hora.

(Continuación de Primera Parte)

Ya estaba dentro del Estadio con Pablo acompañándome. Aún no me creía lo que estaba viviendo. Estábamos sentados en los escalones al lado de los periodistas que llevaba leyendo en los periódicos o escuchando por la radio desde que era un niño. Yo aún no cantaba victoria. Y no lo haría hasta tener la acreditación en mis manos. Fue media hora de fría espera que pasó rápidamente. Tras 5 minutillos esperando en la ventanilla se me coló un "compañero" bastardo de la COPE, mis relaciones con el obispado nunca fueron buenas (tranquilos, ya tengo a la Stasi investigando este asunto). Me dieron el sobrecito que os muestro en la imagen. Señor Don Javier Salvador López, Esquema de Juego. Sello Real Madrid. 

Llegaba la hora de separarme de mi amigo y emprender mi aventura solitaria. Lo acompañé a la salida. Abrimos la puerta 55 del Estadio y no vimos a nadie en la calle. The Walking Dead en la paralela a la Castellana. Enfrente, 2 furgones policiales. A los extremos de la calle, cientos de personas amontonadas. Había una explicación: estaba llegando el autobús de los jugadores; que pasaba delante nuestra. Esperamos a que pasara todo el jaleo, a pesar de que el Guardia de Seguridad, César para los amigos, nos había dicho que podíamos salir sin problemas. No teníamos ganas de llamar la atención. Y tampoco nos pagaban por ver un bus de futbolistas.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Destino Bernabéu. Parte 1 - Un viaje, un tardón y un paseo por la Castellana

Ya me había despedido de mis amigos. Eran las 5 de la mañana y estaba tumbado en mi cama a punto de dormir. Por mi cabeza pasaban todas las cosas que no se me podían olvidar: móvil, cargador, portátil, chaqueta, dos camisetas, dos pantalones, paraguas, botella de agua, un par de bocadillos, un libro... 

Y desperté. Serían sobre las 10 de la mañana. La verdad es que nunca duermo mucho, e incluso me sorprendió levantarme tan tarde. Preparé a la vez las maletas para Madrid y para Málaga, mala idea. Cogí el coche para acercar a mi madre a coserme una mochila a Villa López (mis amigos más cercanos sabrán mi relación de amor-odio con las mochilas). Terminé de preparar las cosas en mi casa, comí, y me fui a la Estación. Volvía al centro de España 15 días después.