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jueves, 7 de marzo de 2013

Hugo Chávez, nunca muerto

"A quienes desean mi muerte, les deseo vida. Así verán cómo la Revolución Bolivariana continúa avanzando victoria tras victoria."  Hugo Chávez.

El pasado 5 de marzo dejó este mundo uno de los políticos más humanos que ha conocido el planeta. En plena era de tecnócratas y neoliberales vestidos de traje y corbata se erigió un hombre cercano, en chándal, con un sueño: acabar con las desigualdades de su patria que es Sudamérica. Admirado en la gran patria, temido fuera, Chávez tuvo que luchar contra sus rivales políticos y contra los grandes lobbies de presión que representan los grandes medios de comunicación y que crearon una imagen de dictador sanguinario en el imaginario colectivo de la población del hemisferio norte.

El escritor Eduardo Galeano dijo en cierta ocasión que era chavista porque con Chávez había dejado de ser "invisible". No es el único que lo piensa. Hugo cogió a mestizos, indígenas y pobres y les devolvió el honor que una vez el hombre blanco les quitó acompañado de una bandera española al hombro, una cruz en una mano, y un látigo en la otra.

Murió el comandante bolivariano. Aquel que ganó 13 de las 14 elecciones a las que se presentó con su partido, el Partido Socialista Unificado de Venezuela. En Sudamérica unos lloraban, otros callaban y otros se alegraban. Era un suceso histórico. En España se celebraba. Los mismos que lloraron la muerte del franquista Fraga se jactaban de la del Jefe de Estado de la República Bolivariana de Venezuela. Probablemente muy pocos sepan dar una argumentación sólida al denominar "dictador" al difunto presidente. Quizás serían los mismos que chuparían la suela de Amancio Ortega por unos cuantos billetes de 500.

Probablemente esta semana no sea la adecuada para hablar de la persona. Chávez pasará a la historia y merecerá ser tratado con perspectiva. Pero creo que la importancia de su muerte es indiscutible. En realidad no estoy demasiado triste. El Comandante luchó hasta el final. También sé que en él no acaba su proyecto. Porque Chávez no es Chávez. Chávez es el pueblo al que sacó de la miseria; cada "olvidado" que volvió a tener vida. Por eso con la muerte de Hugo no se acaba una etapa. La Revolución Bolivariana sigue adelante porque así lo querrá el pueblo sudamericano. La mayoría de personas en el mundo son pobres. Y los pobres van con Chávez.

La irreverencia en persona. Aquel que ponía patas arriba USA y los estados EEUUropeos cada vez que levantaba la voz. Con el anti-imperialismo como bandera el venezolano se ganó el odio de los perros más rácanos de la jauría que es este planeta Tierra. Dime quien te odia y te diré quien eres.

Gracias a los grandes medios de comunicación se transmitió a la masa el odio de las élites, temerosas ante una alternativa real que les hiciese perder poder. En España sin ir más lejos podemos ver como desde PRISA (aquellos progresistas que apoyaron el Golpe de Estado de 2002) a Antena 3 se transmite una imagen dictatorial del malvado "régimen venezolano". Todo ello sin mencionar siquiera las cifras que da la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe".

Unas cifras entre las que se destaca:
- Desde la llegada de Chávez al poder se ha producido una reducción de más del 20% de la pobreza; y de más del 10% de la pobreza extrema
- Una completa eliminación del analfabetismo (reconocida por la UNESCO), con una mayoría de 18 alumnos por clase en secundaria (en mi fantástica clase española llegamos a estar 35 alumnos)
- Descenso del 7,4% de la mortalidad infantil
- Aumento del 3'9% del valor del PIB para pasarlo del 0,3 al 4,2%
- La tasa de paro actual es del 8%

"Hugo Chávez es un demonio. ¿Por qué? Porque alfabetizó a 2 millones de venezolanos que no sabían leer ni escribir."  Eduardo Galeano

Después de leer todo esto aún habrá quien no quiera abrir los ojos. Nosotros podemos quitarles las vendas, pero ellos tienen que abrir los párpados. Esta semana Venezuela y toda Latinoamérica está de luto. Caracas duerme con el recuerdo en la memoria de aquel ciudadano que nunca quiso ser un héroe. El pueblo bolivariano descansa.

Estar despiertos será necesario ante lo que se avecina. Ahora más que nunca hay que demostrar  que no piensan volver a la ruina y a la miseria. En la noche las almas rebeldes cogen fuerza. Los revolucionarios se arman de argumentos para seguir luchando por implantar el socialismo en la región. Los telediarios y los editoriales no podrán callar la voz de un pueblo que clama pidiendo justicia, pan y libertad.

Por Chávez, por el Ché Guevara, por Camilo, por Martí, por Allende, por Bolivar, por Zapata, por Neruda, por Silvio Rodríguez, por Victor Jara, por cada indígena asesinado por el blanco, por todos y cada uno de aquellos que dieron su vida por la causa: 
¡Venceremos!

"La historia es nuestra y la hacen los pueblos [...] Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. [...] ¡Viva Chile¡ ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición." Salvador Allende. Último discurso segundos antes de ser asesinado en el Golpe de Estado de Pinochet.

La historia es nuestra y la hacen los pueblos





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