El pasado agosto se retiró con 36 años uno de esos futbolistas que marcan época. Un símbolo de dignidad, lucha y constancia. Cristiano Lucarelli dijo adiós a su carrera tras un último año en el Nápoles en el que las lesiones no le dejaron seguir marcando goles. Su historia es peculiar. Como veréis, el italiano vivía muy lejos del ego arrogante de las grandes estrellas del fútbol. Las estrellas están demasiado lejos de su realidad.
Livorno fue la ciudad que vio nacer a Lucarelli un octubre de 1975. En esa misma ciudad, fue fundado en 1921 el Partido Comunista Italiano de la mano de Gramsci. Cristiano Lucarelli vivió marcado por la ideología comunista; algo que nunca taparía, orgulloso de su condición de clase. Comunista confeso, desde pequeño fue seguidor del club de su vida, el Livorno. Dice mucho de él su gran aprecio a un club cuyos mayores logros son dos subcampeonatos de Italia (en 1920 y 1943), una copa de Italia de la Serie C (en 1986) y la clasificación para disputar la UEFA en 2005. Y aún así Cristiano amaba a este conjunto, era Su equipo.